Pues si amigos ciclopetaos, aqui el Perote, os va a explicar lo que denomina el termino de "etapa SIDERAL". En la decada de los 70's y 80's si que habian etapas siderales, por no decir lo que habia en los años 20's y mas concretamente en el 1926. Aqui en este link tenemos las kilometradas del tour mas largo y duro que ha existido con nada más y nada menos que 5700 Kms.
http://tour.cyclingfever.com/editie.html?id=2707Por otro lado como dice Petrelli la etapa que pasa por el Tourmalet y la que termina en éste parece bastante interesante después de pasar los Alpes, los Pirineos tienen la última palabra. Sobre el Tourmalet que es el puerto de montaña más famoso del mundo, cruzado por primera vez en el Tour de 1910 tiene un sinfin de historias a sus espaldas.
Y como suele decir el director o ex-director de la Grande Boucle, Henri Desgrange:
"En la montaña el ciclista no se enfrenta solamente al relieve, está entregado a sí mismo y toma conciencia de su terrible soledad”. .
Aqui os voy a relatar lo que ocurrió en aquel primer paso por el Tourmalet, puesto que como ya sabemos todos el calentamiento terrestre hace que la cota de nieve sea cada vez más alta, pero en el arcaismo del Tour habia muchas etapas que se llegaban a suspender no porque huera mucha nieve en la carretera, sino a veces porque sorprendia una nevada que era imposible de preveer.
Y no penseis que estoy loco por ir en mangas cortas al encuentro matinal de los ciclopetaos. Mis 10 añitos en el "Cor de Catalunya" que es como se define a la comarca Barcelonesas del Bages, me han fraguado en mil batallas siendo la mas dura y la mejor recordada el dia 1 de Septiembre de 1990 en mi ascenso a los Rasos de Peguera desde Manresa, cuando en su cumbre se desató una gran tormenta a base de granizo y mucha pero que mucha agua pasando verdaderos apuros para salir de alli................
Por otro lado el dia 16 de Septiembre del mismo año cuando varios "Perotes" organizamos un ascenso a Sierra Nevada en ningun momento podimos imaginar lo que nos esperaba en los ultimos 20 Kms de ascenso en la carretera más alta de Europa. Tuvimos la suerte de encontrar en la cumbre una furgona con turistas alemanes que nos dieron unos merecidos masajes no para quitar el dolor del ascenso sino para quitarnos el frio que reinaba en el ambiente en aquel momento.
Por lo que:
El frio del dia 18 en el arbol es "leche con jabas" es un termino andalú que a Sereno le sonará como "ná de ná"
“Tourmalet pasado. Stop. Muy buena ruta. Stop. Perfectamente practicable. Stop”. Con este escueto telegrama enviado por Alphonse Steines, periodista de “L’Auto”, diario organizador del Tour de Francia, en mayo de 1910 tras casi morir congelado entre la nieve del Col del Tourmalet, la gran carrera ciclista del país galo se abrió a los Pirineos, a los grandes puertos de montaña, a la épica de las colosales gestas ciclistas.El 21 de julio de ese año, los 326 km entre Luchon y Baiona, se iban a convertir en el primer capítulo pirenaico de una larga novela que este año cumple un siglo de vida. Después de alguna pequeña incursión por los Vosgos (1905) y los Alpes (1907), los primeros grandes puertos que los heroicos ciclistas de aquella gloriosa época de conquistas iban a franquear, fueron el Peyresourde, el Aspin, el Tourmalet y el Aubisque. Todos el mismo día. El “Círculo de la muerte”. Del “perfectamente practicable” de Steines se pasó al grito de “asesinos” que el ganador de esa inhumana etapa (y de ese Tour histórico), Octave Lapize, dedicó a los organizadores en la cima del Aubisque. Aquel día Lapize empleó 14 horas y 10 minutos en terminar la etapa. El último corredor llegó 7 horas y 33 minutos después.Desde entonces hasta este año 2003, los Pirineos han visto, sin pestañear, cientos de grandes gestas; han oído, sin inmutarse, miles de gritos agónicos; han olido, sin un mal gesto, toneladas de sudor (e incluso de sangre); han tocado, sin sentir nada, innumerables cuerpos agotados; y, finalmente, nos han permitido saborear, con gran gusto por nuestra parte, incontables momentos maravillosos.En 1913, Eugène Christophe, que nunca ganaría el Tour, pasó a la leyenda del ciclismo al tener que arreglar su bicicleta durante 4 horas en una fragua de St. Marie du Campan, al pie del Tourmalet, por donde había pasado en segunda posición y desde donde tuvo que descender 14 km a pie. Según el reglamento nadie podía ayudarle, por lo que un comisario debió permanecer a su lado todo el tiempo, tiempo que aprovechó para penalizarle con 10 minutos al ayudar un niño al infortunado héroe a encender la fragua.
Pues si amigos la historia del ciclismo se fragua con muchisimos campeones anónimos que ni siquiera pusieron su nombre en el palmarés del Tour pero seran recordados como héroes.
La diferencia entre héroes y los demás ciclistas en muchos casos residen en el "famoso pinganillo". El ciclista en muchos casos es manipulado por el director, por eso deja de convertirlo en un mito.
Por eso es por lo que el Tourmalet es considerado como la montaña que ha escritos más episodios heróicos en la historia de la Grande Boucle.
Hasta el proximo episodio.
Un saludo livestrong.