Es una historia de ciclismo de verdad, de, de reto personal, de un gran campeón jugándosela sin necesidad, y sobre todo y ante todo, de cojonazos… de grandes cojonazos.
El protagonista de nuestra historia se llama Jacques Anquetil (casi nada, vamos pa quitarse el sombrero), y estamos en el año 1965. Acaba de comenzar la guerra de Vietnam, Charles De Gaulle está a punto de ser presidente de Francia y para este momento Anquetil tiene ya en su palmarés 5 Tours de Francia, el primer pentacampeón del Tour, habiendo hecho esa misma temporada el doblete Giro-Tour.
Pese a ser un campeonísimo era sin embargo un tipo que no acababa de ganarse el cariño de los franceses, que son muy suyos (al café con leche lo llaman café Olé, que más os voy a contar) y se decantaban más por Poulidor, otra máquina de las dos ruedas en una época en la que aún no estaban inventados los pedales automáticos. Hoy en dia en Francia cuando se hace una entrevista de trabajo, ya se va perdiendo pero antaño se preguntaba por quien se decantaban mas por Poulidor mas abierto y extrovertido o por Anquetil mas reservado.
Es por esta falta de cariño popular, muy al estilo Ramoncín, que al bueno de Anquetil se le ocurrió realizar una hazaña solamente comparable con enseñarle modales a Belén Esteban: vencer la Dauphiné Libéré y, ¡sólo 24 horas más tarde!, la clásica Burdeos-París.
Vencer en la Dauphiné no era moco de pavo. Poulidor acababa de correr la Vuelta a España y estaba fino como una compresa con alas (terminó segundo por detrás de Wolfshohl). Anquetil anduvo muy regular y consiguió vencer la prueba, comenzando en ese momento una agenda más apretada que la faja de Aramis Fuster:
Finaliza la última etapa del Dauphiné, cumple con el protocolo en el podium, Ducha (el tío era limpio, que una cosa es tener prisa y otra ser un cochino), lo llevan al aeropuerto de Nimes y coge un avion hacia Burdeos, se traslada a un hotel donde descansa.
02:00 Se inicia la Burdeos-París
La Burdeos-París, una gran clásica desaparecida en 1988, es una carrera con un recorrido de 567 km (un paseo, sabéis como os digo, no?). Tenía la curiosidad que durante la segunda parte del recorrido el corredor se situaba tras un artefacto motorizado llamado derny, conducido por su entrenador, con el objetivo de reducir la resistencia del aire, lo que le permitía alcanzar velocidades del orden de 50 a 60 km/h.
Los primeros kilómetros fueron difíciles. A la complicación de la noche se sumó la lluvia y a las 4 de la mañana estuvo a punto de abandonar.
Es evidente que Anquetil no seguía mi máxima de que todo lo mejor pasa a partir de las 4 de la mañana, así que tuvo que ser su director de equipo, Geminiani, el que le dijera: “ Liberte, Igualite e Fraternite, chevalier” (que viene a significar…”aprieta el culo cabronazo que tenemos a todo Francia pendiente de esta embarcada“). Y le convenció para seguir.
François Mahé había conseguido una importante ventaja de 6 minutos, pero el grupo formado por Anquetil, Simpson y Stablinski (no confundir con Stravinski, que este fue compositor) hizo desaparecer la ventaja.
Solamente faltaban doce kilómetros para la meta cuando Anquetil, prietas las nalgas, consiguió deshacerse del británico Tom Simpson (no confundir con O.J. Simpson) y entraba en el velódromo del Parque de Los Príncipes recibiendo, probablemente, la mayor ovación de su carrera, y una de las mayores ovaciones que cualquier deportista haya recibido nunca.
Su compañera Janine afirmó de Jacques que él sabia que solo él podria conseguirlo.
En el proximo episodio escapadas que han hecho historia.
Bueno Javier un comentario a ver que te ha parecido.
3 comentarios:
Bueno, otra demostración de conocimiento, que sin duda me deja con buen sabor de boca aderezado con sentido del humor. Si señor Subires. Espero seguir teniendo el placer de que nos sigas ilustrando con estas lecciones magistrales sobre el ciclismo,de otra época, menos profesional pero sin ninguna duda mas épico.
Bueno, otra demostración de conocimiento, que sin duda me deja con buen sabor de boca aderezado con sentido del humor. Si señor Subires. Espero seguir teniendo el placer de que nos sigas ilustrando con estas lecciones magistrales sobre el ciclismo,de otra época, menos profesional pero sin ninguna duda mas épico.
Perote , no hay quien ponga en duda el amplio conocimiento que tienes sobre la historia del cilismo .
Es un privilegio poder escuchar tus historias . Aunque como tú bien sabes cada época tiene sus héroes , villanos y sobre todo una profesionalización completa del deporte .Esto hace que sea mas dificil que haya un lider claro durante muchos años .
Saludos
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